Líquido Cefalorraquídeo

DANNA MARELI CORIA TRUJILLO 4°N

 Líquido Cefalorraquídeo 

¿Qué es? 

El líquido cefalorraquídeo es una sustancia que se encuentra en el sistema nervioso, tanto en la médula espinal como en el encéfalo. Cumple un amplio abanico de funciones, como la protección y el mantenimiento de la presión intracraneal. Por lo tanto, es esencial para que el cerebro funcione adecuadamente. Por lo tanto, el sistema nervioso tiene el líquido cefalorraquídeo como sustancia imprescindible para su correcto funcionamiento. Ante cualquier alteración en la producción de la misma, pueden aparecer diversos trastornos de salud.

Función

Esta sustancia tiene una importancia vital para el adecuado funcionamiento del sistema nervioso. El líquido cerebroespinal (LCE) tiene varias funciones de las que destacan: 

  • Actúa como amortiguador y protege de traumatismos al sistema nervioso central. 
  • Proporciona al encéfalo el soporte hidroneumático necesario contra la excesiva presión local. 
  • Sirve como reservorio y ayuda en la regulación del contenido del cráneo. 
  • Cumple funciones de nutrición del encéfalo (en menor medida). 
  • Elimina metabolitos del sistema nervioso central. 
  • Sirve como vía para que las secreciones pineales lleguen a la hipófisis.
  • Permite el diagnóstico de diversas enfermedades neurológicas, y constituye una vía de entrada para la anestesia intradural. (Claramente, este punto, no es una función sino una utilidad diagnóstica para la medicina). 

Características

La composición del líquido cefalorraquídeo es muy similar a la del plasma sanguíneo, siendo las variaciones principales la comparativamente mucho menor presencia de proteínas (se calcula que en el plasma sanguíneo la presencia de proteínas es doscientas veces mayor) y el tipo de electrolitos que forman parte de él.

Una solución de base acuosa, el líquido cefalorraquídeo tiene diversos componentes de gran importancia para el mantenimiento del sistema nervioso, como vitaminas (especialmente del grupo B), electrolitos, leucocitos, aminoácidos, colina y ácido nucleico.

Dentro de esta gran cantidad de elementos, en el líquido cefalorraquídeo destaca la presencia de albúmina como principal componente proteico, junto con otros como la prealbúmina, alfa-2-macroglobulina o la transferrina. Al margen de estos componentes destaca la elevada presencia de glucosa, teniendo alrededor de entre un 50 y 80% de presencia en esta solución tan vital para el encéfalo.

Características físicas del líquido cefalorraquídeo:

Aspecto Transparente, limpio y cristalino. Aunque en los procesos crónicos como, algunas meningitis tuberculosas, poliomielitis y encefalitis puede aparecer ligeramente opalino. En las meningitis purulentas es turbio Turbidez.

•Presencia de bacterias

•Pleocitosis: 200 leucos / µl

•Nivel elevado de proteínas

Color• Es incoloro• Hemorrágico: no se debe confundir con hemorragia que en ocasiones es causada por la propia punción (el tinte hemático disminuye conforme sale el líquido)

• Xantocromico: coloración amarillenta procedente de la hemoglobina de procesos hemorrágicos, principalmente en ictericia . Síndrome de froin(compresión medular tumoral)Blanquecina: presencia de leucocitos y bacterias.

¿Cómo se origina el líquido cefalorraquídeo?

El líquido cefalorraquídeo circulando en el espacio subaracnoideo que rodea al cerebro y a la médula espinal.

El líquido cefalorraquídeo se origina en un 70% en los plexos coroideos, pequeñas estructuras vasculares que presentan una gran cantidad de capilares. El plasma sanguíneo se filtra en estos órganos para formar el líquido cefalorraquídeo. Existen plexos coroideos en los cuatro ventrículos, pero principalmente en los dos ventrículos laterales.

Sin embargo, el 30% restante de este líquido se produce en el epéndimo, que proviene de la membrana aracnoidea. En menor parte también proceden del propio encéfalo, concretamente de los espacios perivasculares (alrededor de los vasos sanguíneos).

El líquido cefalorraquídeo se renueva cada 3 o 4 horas, produciéndose en total unos 500 ml al día.

Los 150 ml de líquido cefalorraquídeo que posee un adulto, se distribuyen de la siguiente forma: en los ventrículos laterales circula unos 30ml, 10ml en el tercer y cuarto ventrículo; espacio subaracnoideo y cisternas cerebrales, 25ml; y 75 ml en el espacio subaracnoideo espinal. No obstante, su volumen varía según la edad.

Circulación y reabsorción del líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo fluye por el sistema ventricular de nuestro cerebro. Este consiste en una serie de cavidades que se encuentran en el interior del encéfalo.

Una vez segregado, este líquido circula desde los ventrículos laterales hasta el tercer ventrículo a través del agujero interventricular de Monro. Luego, el líquido cefalorraquídeo llega al cuarto ventrículo por el acueducto de Silvio. El cuarto ventrículo es el que está situado en la parte posterior del tronco cerebral.

Para entrar en el espacio subaracnoideo, el fluido debe atravesar tres aberturas: la abertura mediana y las laterales. También se denominan el orificio de Magendie y los orificios de Luschka. Al pasar por estos orificios, el líquido llega a la cisterna magna y, posteriormente, al espacio subaracnoideo. Este espacio cubre todo el encéfalo y la médula espinal. El líquido cefalorraquídeo llega a esta última a través del obex cerebral.

En cuanto a la reabsorción del líquido cefalorraquídeo, es directamente proporcional a la presión del líquido. Es decir, si la presión va en aumento, la reabsorción también.

El fluido circula desde el espacio subaracnoideo hasta la sangre para absorberse a través de unas estructuras llamadas vellosidades aracnoideas. Estas conectan con senos venosos que poseen una membrana que recubre el cerebro llamado la duramadre. Dichos senos se vinculan directamente con el torrente sanguíneo.

Sin embargo, algunos autores han sugerido que el líquido también puede reabsorberse en los nervios craneales a través de canales linfáticos. Parece que son fundamentales sobre todo en los recién nacidos, en los que las vellosidades aracnoideas no están muy bien distribuidas aún.

Por otro lado, existe otra hipótesis que afirma que el líquido cefalorraquídeo no fluye unidireccionalmente, sino que depende de más factores.

Además, podría producirse y absorberse continuamente debido a la filtración y reabsorción de agua a través de las paredes capilares en el líquido intersticial del tejido cerebral circundante.

Trastornos

Así pues, el sistema nervioso tiene en el líquido cefalorraquídeo una herramienta imprescindible para funcionar con corrección. Sin embargo, es posible que se presenten alteraciones en la síntesis, circulación o reabsorción de esta sustancia, que pueden provocar diferentes problemáticas, siendo dos de ellas las siguientes.

1.  Hidrocefalia

Este concepto hace referencia a la presencia excesiva de líquido cefalorraquídeo, habiendo tal acumulación que se provoca una presión del cerebro contra el cráneo. Algunos de los elementos que la pueden causar son tumores, infecciones o traumatismos, pero también es frecuente encontrar hidrocefalias congénitas, es decir presentes desde el nacimiento. Puede causar desde dolor de cabeza, vómitos, deterioro cognitivo o de la coordinación o visión doble, entre otros síntomas, siendo en el caso de las hidrocefalias congénitas motivo de una fuerte dificultad en el desarrollo y de déficit intelectual. Generalmente se debe a obstrucciones en el circuito, siendo un ejemplo común que se obstruya el orificio de Magendie. Para tratar estos problemas es posible realizar cirugía con tal de colocar una vía de escape del líquido hacia otras zonas, como por ejemplo el estómago.

2. Hipertensión/Hipotensión intracraneal

 Un exceso o déficit de líquido cefalorraquídeo puede causar que la presión que sufre el cerebro dentro del cráneo sea excesiva o demasiado baja como para permitir el buen funcionamiento. Mientras que la hipotensión se produciría a la pérdida o poca producción de líquido cefalorraquídeo, la hipertensión se produciría por un exceso de esta, lo cual puede ser grave porque presiona zonas del sistema nervioso y evita que funcionen bien (o incluso mata áreas de tejido celular). En cualquier caso, las alteraciones en el líquido cefalorraquídeo que puedan aparecer en estos casos se suman a los problemas de la condición cardíaca que origina, de modo que la peligrosidad aumenta. Es necesario tratar ambos grupos de síntomas para evitar que se produzca un efecto en cadena fruto de los problemas en el funcionamiento del sistema nervioso y del sistema circulatorio.

                            

 Toma de muestra e identificación

Existen diferentes formas de obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo. Una punción lumbar (punción raquídea) es el método más común.

Para llevar a cabo el examen:

    · Usted se acostará de lado con las rodillas encogidas hacia el abdomen y la barbilla pegada al tórax. Algunas veces, este procedimiento se realiza con la persona sentada, pero doblada hacia adelante.

   · Después de limpiar la espalda, el proveedor de atención médica inyectará anestesia local en la región lumbar.

      ·  Se introducirá una aguja espinal.

     ·  En ocasiones se toma la presión de la abertura. Un resultado anormal en la presión puede sugerir una infección u otro problema.

     · Una vez que se haya ubicado la aguja, se medirá la presión del LCR y se recogerá una muestra de 1 a 10 mililitros (mL) en 4 viales.

·  Luego, se retirará la aguja, se limpiará la zona y se aplicará un vendaje sobre el sitio. Le pueden pedir que permanezca acostado por un corto período de tiempo después del examen.

En algunos casos, se utilizan rayos X especiales para ayudar a guiar la aguja hasta la posición apropiada. Esto se denomina fluoroscopia.

La punción lumbar con recolección de líquido también puede ser parte de otros procedimientos como una radiografía o tomografía computarizada después de que se ha introducido un medio de contraste en el LCR.

En pocas ocasiones se puede utilizar otros métodos de recolección de líquido cefalorraquídeo.

·   La punción cisternal o suboccipital implica colocar una aguja debajo del hueso occipital (parte posterior del cráneo). Esto puede ser peligroso porque está muy cerca del tronco encefálico. Siempre se realiza con una fluoroscopia.

·      La punción ventricular se puede recomendar en personas con posible hernia cerebral. Este método se usa de manera muy infrecuente. En la mayoría de los casos, se realiza en el quirófano. Se perfora un orificio en el cráneo y se introduce una aguja directamente en uno de los ventrículos del cerebro.

El LCR también se puede recoger de una sonda que ya esté puesta allí, como una derivación o un drenaje ventricular.

                                             

 Identificación

¿Cuáles son sus características?

Si se trata de un proceso infeccioso, los hallazgos que se obtendrían, comparados con un LCR normal, serían distintos según la infección sea de causa bacteriana, vírica, por hongos, o por tuberculosis. Se puede ver una tabla orientativa a continuación:

 
¿Qué hacer si hay una infección?

Cuando se sospecha una infección, hay otros dos procesos que llevar a cabo sobre el LCR:

Ver las imágenes de origen
· Hacer una tinción especial, denominada "de Gram", para realizar una distinción inicial del germen, ya que en general son o bien "positivos al Gram" o bien "negativos al Gram", lo cual supone una valiosa información sobre los antibióticos más idóneos en un principio.

· Hacer una tinción con tinta china, cuya positividad aporta también información importante para el  médico a la hora de seleccionar el tratamiento.

Y el resto de la muestra se siembra para su cultivo, con lo cual al cabo de cierto tiempo se consigue afinar más y llegar a saber no el grupo, sino el germen concreto del que se trate. El crecimiento en el cultivo se observa cada 24 horas.


DANNA MARELI CORIA TRUJILLO 4"N"

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